Vanessa Bryant, ‘devastada’ por las versiones que responsabilizan a agentes del sheriff por compartir fotos del accidente de Kobe

Vanessa Bryant está “absolutamente devastada” por las versiones de que fueron los agentes del sheriff del condado de Los Ángeles quienes compartieron fotos del accidente del helicóptero donde murieron su esposo, su hija y otras siete personas, aseguró su abogado mediante un comunicado.

El legista, Gary C. Robb, solicitó una investigación de asuntos internos sobre las acusaciones, y las “medidas disciplinarias más duras posible” para los responsables.

En el comunicado se explicitó que Vanessa Bryant se dirigió personalmente a la oficina del sheriff después del accidente, del 26 de enero pasado, y solicitó que el área fuera designada como “zona de exclusión aérea” y protegida de los fotógrafos.

“En ese momento, el sheriff Alex Villanueva nos aseguró que se tomarían todas las medidas para proteger la privacidad de las familias, y entendemos que ha trabajado duro para cumplir con ese pedido”, expuso Robb. El abogado exigió que se identifique a los agentes “para garantizar que las fotos no sean aún más difundidas”.

Los Angeles Times reveló las acusaciones de que los agentes estaban compartiendo fotografías explícitas de la escena del accidente. Un individuo reportó que un oficial había mostrado imágenes sombrías en un bar de Norwalk.

Según dos fuentes de seguridad pública con conocimiento del tema, el Departamento del Sheriff ordenó sigilosamente a los agentes que eliminaran las fotos, en un intento de mantener el asunto en secreto.

Normalmente, una denuncia tal desencadenaría una investigación formal y, posiblemente, una indagación de asuntos internos, siguiendo estrictamente la cadena de mando, detallaron las fuentes.

En lugar de ello, en los días posteriores al accidente se ordenó a los agentes reportarse a la estación Lost Hills, del Departamento del Sheriff, y se les dijo que si admitían lo hecho y eliminaban las fotos, no enfrentarían ninguna sanción disciplinaria, remarcaron las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato debido a la naturaleza sensible de los eventos. A las fuentes les preocupaba, además, que la orden de eliminar las fotos pudiera equivaler a la destrucción de evidencia.

No está claro qué tan ampliamente podrían haberse difundido las imágenes y quién estuvo exactamente involucrado. Tampoco si los oficiales realmente tomaron las fotografías en la escena o si las recibieron de otra persona.

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