Reapertura de las escuelas de California: 4 cosas que debe saber

¿Podría una reapertura temprana de las escuelas durante el verano ofrecer a los estudiantes la oportunidad de ponerse al día con sus tareas al tiempo que darles a los padres un respiro de las lecciones en casa?

Con aproximadamente 6.1 millones de estudiantes de California en aislamiento desde que los campus cerraron desde mediados de marzo por la crisis del coronavirus, el gobernador Gavin Newsom anunció el martes que las escuelas públicas podrían reabrir sus puertas a fines de julio o agosto. El plan es muy ambicioso, pero bajo en detalles.

El miércoles, el superintendente de Instrucción Pública del Estado, Tony Thurmond, dijo que aún no se sabe “exactamente cuándo puede comenzar la escuela y no pediremos que inicie hasta que sea seguro para todos”. Las decisiones sobre la reapertura se tomarán a nivel del distrito escolar y el estado ayudará a proporcionar los recursos y suministros para apoyar las operaciones del campus, expuso a padres y otras personas que asistieron a un seminario web de educación.

Señaló, además, que un grupo de trabajo de líderes estatales estudiará la reapertura y que aún podría ser necesaria alguna forma de aprendizaje remoto. Los funcionarios locales del distrito advierten que las medidas de salud y seguridad están lejos de estar listas y los líderes sindicales de los maestros expresaron su preocupación por la posibilidad de aperturas tempranas, diciendo que los cambios en el lugar de trabajo están sujetos a negociación.

Los distritos escolares de todo el estado recién ahora están comenzando a evaluar cómo reabrir lo que serán campus y horarios reconfigurados para proteger la salud de los estudiantes y el personal.

Aquí hay cuatro cosas que debe saber:

1) “Lo antes posible” es un objetivo en medio de la incertidumbre

Newsom dijo que las autoridades esperan reabrir los campus K-12 tan pronto como sea seguro hacerlo y, tomando en cuenta el aprendizaje perdido, sugirieron que a fines de julio podría ser posible.

Todavía no está claro cómo sería un día escolar reestructurado y de qué manera los educadores harían cumplir el distanciamiento social y garantizarían suficientes suministros desinfectantes y equipos de protección para llevar a cabo la instrucción sin un riesgo excesivo.

“Si esto va a funcionar, hay algunas preguntas importantes que tendremos que responder”, destacó Thurmond en un comunicado. Entre ellas: ¿Cómo los sistemas escolares mantendrán a todos los estudiantes en sus campus seguros y saludables? ¿Cómo pagarán las escuelas tanto a los maestros como los recursos para permitir el tamaño de las clases más pequeñas que requiere el distanciamiento social? ¿Podría un día escolar dividido entre el tiempo en el campus y el aprendizaje a distancia ser la respuesta? Y entonces, ¿cuáles serían las ramificaciones para los padres que trabajan y necesitan servicios de cuidado infantil?

2) Las escuelas deberán operar de manera diferente

El distanciamiento social (mantenerse a seis pies de distancia) será un desafío.

Pero los educadores saben que tendrán que adaptar tanto las escuelas como los procedimientos para que funcione.

Brenna Terrones, asistente del superintendente del Distrito Escolar Unificado de la Península de Palos Verdes, habló el martes sobre los suministros necesarios. Los productos desinfectantes de tipo alcohol y lysol han sido casi imposibles de encontrar. El distrito tiene 16 cajas de mascarillas quirúrgicas para el personal de salud. Se supone que una orden de mascarillas faciales llegará a mediados de mayo; las opiniones difieren sobre si deben ser obligatorias. Probablemente haya un suministro de guantes para seis meses. Los termómetros están en espera.

El superintendente Alexander Cherniss preguntó si el distrito debería instalar estaciones portátiles de lavado de manos y exigir a los estudiantes que se laven las manos varias veces al día.

“¿Podemos tomar legalmente su temperatura antes de que entren al campus” con termómetros sin contacto?, preguntó. La respuesta fue turbia: sí, para los adultos durante una pandemia, dijo Diane K. Wagener, especialista en estadísticas y políticas de salud. Pero no estaba totalmente segura de los parámetros legales con respecto a los estudiantes. Muchos niños podrían estar contagiados sin mostrar síntomas, señaló.

Suzanne Seymour, presidenta de la junta escolar, dijo que, ya con el hecho de tener de 30 a 35 estudiantes en un aula sería “difícil” convencer a los padres, Cherniss reconoció que reducir el tamaño de la clase por razones de seguridad u ofrecer más apoyo académico “era una tarea casi imposible”.

“Directores, por favor comiencen a pensar en formas de reducir el tamaño de la clase y de alterar los horarios”, indicó. “Empiecen a planear ese tipo de conceptos”.

3) Los estudiantes sufren en la situación actual

Newsom tenía claro que quería que los estudiantes volvieran a la escuela tan pronto como fuera seguro.

“Reconocemos que ha habido una pérdida de aprendizaje debido a esta interrupción. Estamos preocupados por esa falta de instrucción incluso en el verano”, manifestó Newsom. “Nuestros niños han perdido mucho... Y la opción es sacarle la vuelta y simplemente aceptarlo o hacer algo al respecto”.

Los investigadores dijeron que la magnitud de la pérdida de aprendizaje no está clara. Un estudio de este mes sobre la falta de instrucción durante el verano se aplicó a la pandemia actual para proporcionar posibles respuestas. En un escenario, el informe encontró que los estudiantes podrían experimentar una “desaceleración por el COVID-19”, en la que no verían ganancias o pérdidas en lectura y matemáticas desde mediados de marzo hasta el otoño.

En otra proyección más problemática, los estudiantes sufrirían un rezago por el COVID-19, en la que regresan en el otoño con sólo el 70% de las ganancias de aprendizaje en lectura que normalmente tendrían en un año escolar, y menos del 50% en matemáticas.

“Estamos asumiendo... en la proyección de desaceleración que se están ofreciendo nuevos materiales, pero el actual aprendizaje no continúa al ritmo que debería”, expuso Megan Kuhfeld, investigadora científica de la NWEA y coautora del informe.

“Piensas a largo plazo... esta es potencialmente la generación COVID-19 que va a estar poniéndose al día durante muchos años”, consideró la coautora Beth Tarasawa, vicepresidenta ejecutiva de investigación de NWEA.

4) El dinero y la equidad son otros problemas

El inicio adelantado del año escolar, según el informe, podría ser complicado desde el punto de vista logístico, financiero y académico, especialmente porque la caída de los ingresos fiscales podría llevar a recortes presupuestarios y porque cerrar los campus ha exacerbado los desafíos existentes para educar a los estudiantes de bajos ingresos y a aquellos con discapacidad.

En los últimos años, la escuela de verano se redujo drásticamente para ahorrar dinero, convirtiéndose sustancialmente en un vehículo para ayudar a las personas mayores a cumplir con los requisitos de graduación y un número relativamente pequeño de estudiantes con necesidades especiales. Los distritos de todo el estado están tratando de desarrollar un programa robusto este verano para todos los alumnos, pero todavía siguen utilizando el aprendizaje a distancia. Dicho programa requeriría una mayor financiación para pagar a los maestros y otro personal.

En el LAUSD, la junta escolar aprueba el calendario académico, pero un año escolar extendido requeriría negociaciones con los sindicatos de empleados.

“Nuestros más de 75.000 empleados atienden las necesidades de casi 700.000 estudiantes que viven con otro par de millones de personas”, dijo el superintendente Austin Beutner el lunes. “¿Estarán disponibles las pruebas [de coronavirus] para todas esta gente y quién las pagará? Ese es el tipo de desafío que nos espera”.

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