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Compañías como Tesla no informan los casos de coronavirus; ¿por qué no son públicas esas cifras?

A metal stamping press at Tesla's Fremont plant.
Ni Tesla ni el condado de Alameda dan a conocer si alguien se infectó con COVID-19 en la planta de Fremont. Arriba, una prensa de estampado de metal.
(Russ Mitchell / Los Angeles Times)

Tesla desafió al condado de Alameda y abrió temprano. Sin embargo, el condado no dará a conocer los datos de los casos de COVID-19 en su planta de Fremont.

Según Tesla, más de 10.000 personas trabajan en su planta de ensamblaje de autos eléctricos en Fremont, California. ¿Cuántas se han infectado con COVID-19? Tesla no lo informa; tampoco lo hace el Departamento de Salud Pública del condado de Alameda. El condado, que incluye las ciudades de Fremont y Oakland, cita la ley federal de privacidad de salud para explicar su silencio.

Sin embargo, los expertos sostienen que la norma en cuestión no es tan clara. Y los funcionarios electos y los defensores de los trabajadores están empezando a hablar, no sólo de esa empresa sino también sobre el estrecho control que las agencias de salud pública mantienen sobre datos que podrían informar mejor al público sobre asuntos de vida o muerte.

Algunos van tan lejos como para decir que las agencias, al retener información detallada sobre dónde hay brotes de COVID-19, corren el riesgo de perder el apoyo de aquellos a quienes intentan proteger. “Cuando no le das a la gente ese tipo de información, las personas se vuelven justificadamente cínicas”, expuso el supervisor del condado de Santa Clara, Dave Cortese, quien ha lidiado con su propio departamento de salud pública sobre la transparencia de los datos. “Mis electores comienzan a preguntarse, ¿qué tan serio es esto realmente?”, agregó. “Por un lado, se les dice que es importante usar cubrebocas; que las empresas deben cerrar sus puertas. Por otro, no informan dónde están los grupos [de casos]. No se trata de la transparencia per se, se trata de si mi vecino debería ir o no a una tienda porque ha habido 14 infecciones allí”.

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El problema se presenta especialmente en el condado de Alameda, donde Tesla desafió las órdenes de salud pública y reabrió la fábrica una semana antes de la fecha estipulada por el condado.

El presidente ejecutivo de la firma, Elon Musk, invitó a los funcionarios a arrestarlo. El condado cedió, la planta volvió a abrir y miles de personas regresaron a la línea de montaje.

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En un correo electrónico interno reciente enviado a los empleados por la jefa de seguridad de Tesla, Laurie Shelby, la compañía reconoció que los trabajadores se han contagiado, pero no precisó cuántos. El email también afirmó que todas las infecciones ocurrieron fuera de la fábrica, y que hubo “cero transmisiones de COVID-19 en el lugar de trabajo”. El mensaje no ofreció detalles sobre cómo se había llegado a esa conclusión. El martes pasado, el Washington Post informó la existencia de casos en Tesla.

El condado de Alameda tiene el mayor número de casos de COVID-19 en el norte de California; desde que Musk desafió la orden, el 11 de mayo, los casos acumulados aumentaron un 104% más; de 2.064 a 4.207 hasta este domingo.

Al otro lado de la frontera este de Alameda, en el condado de San Joaquín, donde la vivienda es relativamente asequible para los trabajadores industriales, los casos aumentaron un 149% desde el 11 de mayo, a 1.550. El condado de Santa Clara, centro de Silicon Valley, que posee algunos de los precios de vivienda más altos del país y donde residen especialistas en software que pueden trabajar desde casa, tenía más casos que Alameda el 11 de mayo, pero ahora tiene 983 menos. Las infecciones desde esa fecha han aumentado sólo un 27%.

El público no sabe si Tesla contribuyó a la proliferación de contagios en Alameda y, en caso afirmativo, en cuánto. El Departamento de Salud Pública del condado tiene las cifras, pero las mantiene confidenciales.

Una portavoz del condado de Alameda señaló que la ley federal de privacidad de la salud impide la divulgación de los datos de Tesla. Cuando se le pidió que especificara exactamente qué partes de la norma prohíben la difusión de datos, la portavoz envió un enlace a la Ley de Responsabilidad y Portabilidad del Seguro Médico, y no ofreció más comentarios.

La administradora del condado de Alameda, Susan Muranishi, rechazó hacer comentarios; la principal funcionaria de salud de Alameda, la Dra. Erica Pan, también se negó. Cuatro de los cinco supervisores electos del condado de Alameda no respondieron las llamadas telefónicas o los correos electrónicos de The Times. Un representante del supervisor Scott Haggerty dijo: “Quizá la próxima semana”. Tesla no contestó a un pedido de comentarios.

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Todos los empleados merecen saber si su lugar de trabajo es un foco de coronavirus, afirmó Mara Ortenburger, jefa de comunicaciones e investigación de Worksafe, un grupo de derechos de los trabajadores. “Merecen saber para poder tomar medidas para mantenerse a sí mismos y a su familia” y decidir si van a trabajar o no, consideró. “Es especialmente crucial si tienen un pariente mayor de edad o inmunocomprometido en casa”.

Sallie Milam, subdirectora de la Red para la Ley de Salud Pública, expuso que los datos del empleador “también podrían proporcionar un incentivo administrativo para cumplir con las órdenes de salud pública y brindar medidas para proteger a su fuerza laboral”.

Los trabajadores de Tesla se han quejado de recibir sólo muy poca información sobre las infecciones por coronavirus en la planta de Fremont, afirmó el San Francisco Chronicle. “Dijeron que no es necesario que lo sepamos a menos que estemos en el extremo del rastreo”, declaró un trabajador al Chronicle, refiriéndose al seguimiento de los contactos de los empleados infectados.

La transparencia de datos se convirtió en un tema candente entre los funcionarios de salud de condados en todo el país, indicó Lori Freeman, CEO de la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud de Condados y Ciudad. “Ha habido mucha presión sobre los departamentos de salud para que divulguen datos”, remarcó. “Comenzaron siendo muy conservadores, pero la presión aumentó con el tiempo”, dijo, principalmente de parte de funcionarios electos.

Muchos funcionarios de salud se hacen eco de la afirmación del condado de Alameda de que la ley HIPAA (Health Insurance Portability and Accountability Act), que rige desde 1996, impide la divulgación de información de salud pública que pueda identificar a un individuo.

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Pero la norma es complicada. “Es un laberinto de regulaciones”, expuso Milam. Muchas agencias sanitarias tienen una interpretación demasiado estricta, consideró Al-Amyn Sumar, abogado y especialista en privacidad de la salud del bufete Ballard Spahr, en Washington. HIPAA da margen de maniobra a las agencias de salud pública, especialmente si hay normas estatales que la suplanten. “Habría un mínimo interés de privacidad” en la información con ubicación más específica del sitio, pero “un interés público significativo en saber dónde están ocurriendo los brotes y cuál es la respuesta de salud pública a eso”, expresó. No está claro cómo la ley de California encaja en su análisis, añadió.

El mes pasado, en Iowa, el Departamento de Salud del condado de Black Hawk, ante la presión del público y los medios de comunicación, anunció que 1.031 trabajadores se habían infectado en una planta empacadora de carne de Tyson Foods.

Las agencias de salud pública generalmente no están acostumbradas a las controversias públicas sobre la divulgación de datos y tienden a ser conservadoras, agregó Milam. Las disposiciones de la HIPAA podrían interpretarse como una prohibición de identificación de un empleador, dijo. Pero hay una manera para que las agencias de salud pública se liberen del yugo de esa norma. Implica cambiar una estructura organizacional por una “entidad híbrida”.

El concepto es simple: las agencias de salud pública están sujetas a HIPAA cuando proporcionan servicios de salud directamente a los pacientes. Eso hace que la agencia esté “cubierta” por HIPAA. Incluso un médico en ejercicio en el personal convierte a toda la agencia de salud en una entidad cubierta por la norma. Si la agencia de salud no proporciona servicios médicos, no está incluida en HIPAA. Los grandes condados de EE.UU. suelen proporcionar servicios de salud.

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Sin embargo, cualquier agencia cubierta puede convertirse en híbrida al crear un muro de información entre los proveedores de salud y el resto del departamento de salud pública, precisó Milam. El Departamento de Salud Pública de California, por ejemplo, es una entidad híbrida.

Antes de la pandemia, las agencias de salud pública en general no estaban presionadas para hacer tal conversión, y muchas ni siquiera sabían que existía la opción.

Freeman, de la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud de Condados y Ciudad, está intrigada. “La pandemia va a cambiar muchas cosas”, reflexionó. “Hará que hagamos una pausa y determinemos si lo que tenemos hoy en día se ajusta a nuestras necesidades, y quizá corrija algunas políticas”.

The Times envió un correo electrónico a la portavoz del condado de Alameda, el viernes por la mañana, y le preguntó si el departamento de salud alguna vez había considerado convertirse en una entidad híbrida o si podría considerarlo en el futuro. Hasta ahora, no ha habido respuesta.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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