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Las inspecciones muestran que al menos 1.000 restaurantes del condado de L.A. no cumplen las reglas de seguridad por el coronavirus

A worker reaches for a clean glass from the cart at Faith & Flower in downtown Los Angeles on June 6.
Un trabajador toma un vaso del carro que se utiliza como “zona de concentración”, un área utilizada para entregar de forma segura los platos, utensilios y otros artículos para cenar, en Faith & Flower en el centro de Los Ángeles el 6 de junio.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)

A medida que más sectores de la economía están listos para reabrir en el condado de Los Ángeles esta semana, los funcionarios de salud pública visitaron algunos de los establecimientos que ya están abiertos para verificar si cumplen con los requisitos del condado para hacer negocios.

Las autoridades registraron aproximadamente 2.000 restaurantes durante el fin de semana y descubrieron que la mitad de ellos no cumplían con las pautas del condado.

Los funcionarios de salud expresaron alarma por los hallazgos y destacaron que es esencial que tanto los clientes como los comerciantes sigan las pautas de seguridad para evitar nuevos brotes de coronavirus a medida que se reabre la economía. California ha permitido que las empresas vuelvan a abrir rápidamente, lo que ha generado la preocupación de algunos de que esto podría causar que el virus se propague más. Aunque el número de casos continúa aumentando, las autoridades han dicho que creen que es seguro reabrir mientras todos obedezcan las reglas.

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“No debería haber lugares donde las mesas estén una al lado de la otra”, señaló la directora de salud pública Bárbara Ferrer el lunes.

Los restaurantes que violaron las órdenes serán evaluados, y los clientes que noten riesgos potenciales en los restaurantes pueden presentar una queja a través de una línea directa del departamento de salud pública.

Los hallazgos se producen en medio de un aumento continuo en los casos de coronavirus en California, que informaron registros récord en días consecutivos la semana pasada.

Pero el aumento aún no representa a decenas de miles de personas que han asistido a protestas en las últimas semanas en todo el estado, muchas de las cuales exigieron reformas policiales a raíz de la muerte de George Floyd.

Esto se debe en gran parte al hecho de que las personas no suelen hacerse la prueba del virus antes de que aparezcan los síntomas, que pueden tardar hasta 14 días en aparecer, y debido al tiempo de retraso entre los análisis y los resultados reportados.

Sin embargo, es posible que el recuento de esta semana incluya casos de las protestas, que comenzaron después de la muerte de Floyd el 25 de mayo. Pero no hay forma de que los funcionarios determinen concretamente si los casos se extenderán en las manifestaciones porque los rastreadores de contacto no identifican casos que han surgido de espacios públicos, que incluyen protestas, centros comerciales y restaurantes.

“No tenemos ninguna forma de rastrear esa información”, expuso la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer, sobre la dificultad de determinar la ruta exacta de transmisión desde las áreas públicas.

El lunes, hubo más de 152.000 infecciones por COVID-19 y arriba de 5.000 muertes relacionadas con el virus en el estado. Casi la mitad del número de casos se encuentra en el condado de Los Ángeles, que también representa alrededor del 60% de todas las defunciones. Las autoridades informaron el lunes de 19 decesos adicionales y 1.071 casos en el condado.

En cambio, los funcionarios están alentando a los residentes a adoptar un enfoque proactivo. Los manifestantes y cualquier persona que haya asistido a una gran reunión en las últimas semanas, especialmente aquellos que entraron en contacto con un individuo que no llevaba una mascarilla facial durante más de 15 minutos, han sido exhortados a hacerse la prueba del virus. Aunque muchos manifestantes han usado cubrebocas, es casi imposible evitar entrar en contacto con las multitudes.

En ausencia de una vacuna y terapias médicas, las pruebas siguen siendo una de las armas más importantes para prevenir la propagación de COVID-19. En el condado de L.A., se han realizado más de 803.000 exámenes. De los analizados, el 8% ha sido positivo para el virus. No está claro cuántas personas se han hecho la prueba del virus porque la gente puede hacérsela varias veces.

El gobernador Gavin Newsom dijo el lunes que el estado continúa progresando en la lucha, pero advirtió que el virus sigue siendo una amenaza.

“No estamos fuera de peligro”, manifestó.

El Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos del estado, dijo el viernes que los recuentos generales de casos no son necesariamente una medida de cómo le está yendo al estado en su lucha contra el nuevo coronavirus.

“Hemos aumentado las pruebas de una manera extraordinaria, casi alcanzando nuestro objetivo establecido para agosto, no junio, no julio, sino agosto, de llegar de 60.000 a 80.000 pruebas por día”, destacó Ghaly. “Ya estamos por alcanzar la meta, promediando entre los 50 en los últimos días en todo el estado”.

En cambio, los funcionarios están monitoreando de cerca la tasa de positividad, que es la proporción de personas que han resultado positivas de todas las que han sido evaluadas, y el número diario de hospitalizaciones. Este último es una cifra que los funcionarios temen que pueda aumentar en medio de la reapertura continua del estado.

Además, Ghaly dijo que las reaperturas no son la fuente del aumento de casos, y señaló que el incremento de las pruebas puede ampliar el número de casos a medida que se identifican más infecciones entre aquellos que no están gravemente enfermos.

El condado de Los Ángeles es uno de los 13 condados que los funcionarios estatales están monitoreando de cerca para un aumento en la transmisión o en las hospitalizaciones. El condado informó un incremento en la tasa de transmisión del virus y advirtió que los hospitales podrían verse abrumados en las próximas semanas. Tal aumento ya ha afectado a otros estados que previamente levantaron las restricciones de quedarse en casa.

Según un análisis de Associated Press, Texas estableció recientemente un nuevo récord con pacientes hospitalizados con COVID-19. En Arizona, se produjo un incremento en los nuevos casos y hospitalizaciones aproximadamente 10 días después de que el estado levantó sus órdenes de quedarse en casa.

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