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California en la cúspide para frenar el aumento de COVID-19, según muestran los datos

La gente usa mascarillas protectoras el domingo mientras viaja por el carril de bicicletas en Venice Beach.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)

Seis semanas después de que California comenzara a cerrar franjas de la economía, hay un optimismo cauteloso de que la transmisión del coronavirus se dirige a la baja, dijeron las autoridades.

Si se mantiene así, el estado puede estar a punto de frenar su segundo aumento de la pandemia.

El pico potencial se produce después de que la rápida reapertura económica del gobernador Gavin Newsom en mayo y principios de junio condujo a casi el doble el número de muertos semanal sobre el recuento de primavera. La cifra acumulada de decesos en relación a la pandemia de California es hasta el momento de aproximadamente 11.000, uno de los peores desastres en la historia moderna del estado.

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Pero ahora hay varias señales de que el segundo cierre de Newsom, que comenzó a fines de junio y se amplió a principios de julio, finalmente está teniendo el efecto deseado. Puede tomar de tres a cinco semanas comenzar a ver los resultados en la salud de las órdenes de quedarse en casa, y han pasado seis semanas desde que gran parte del estado tuvo que cerrar bares y comedores al interior en restaurantes, una orden que se amplió al resto del estado hace un mes.

“Si bien nuestros logros pueden parecer lentos y el futuro sigue siendo frágil, el éxito que hemos tenido durante las últimas tres semanas es real”, manifestó el miércoles el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti. “Comenzamos a ver señales de luz”.

El alcalde también anunció que una coalición de expertos científicos, empresas de biociencia, líderes gubernamentales y fundaciones está investigando pruebas de coronavirus en el hogar en un intento por “acelerar la ciencia” para que los brotes puedan identificarse más rápidamente.

En el condado de Los Ángeles, la tasa de transmisión efectiva del coronavirus es ahora de aproximadamente 0.86, lo que significa que cada individuo infectado transmite el virus a un promedio de 0.86 personas más. La semana pasada, la tasa estaba en 0.91.

“Así es como se ve el progreso”, dijo el Dr. Roger Lewis, quien dirige el equipo de modelos predictivos de pandemias del condado de Los Ángeles.

El Dr. Grant Colfax, director de salud de San Francisco, señaló que la tasa de transmisión estuvo entre 0.95 y 0.98 durante los días anteriores.

Y en todo el estado, un modelo de computadora conjunto conocido como la Herramienta de Evaluación COVID de California estima que la tasa de transmisión general de California es de aproximadamente 0.96.

Sin duda, no a todos los condados les va bien. El modelo estatal estima que los condados de Alameda, Sonoma, Placer e Inyo están experimentando una creciente propagación de la enfermedad.

Pero las hospitalizaciones también están disminuyendo en muchas regiones de California. En todo el estado, el número promedio de personas que fueron hospitalizadas pareció alcanzar su punto máximo a fines de julio, cuando un aproximado de 7.000 personas estaban en hospitales con infecciones confirmadas por coronavirus durante un período de siete días; para el miércoles, esa cifra había caído a 5.710.

Sin embargo, las muertes se han acelerado en las últimas semanas; de hecho, más del 62% de las defunciones por coronavirus en California se han producido desde el Día de los Caídos.

Durante el período de siete días que terminó el lunes, se reportaron 969 decesos en California, el mayor número de muertes semanales desde que comenzó la pandemia.

Es posible que la cantidad de nuevas defunciones por COVID-19 haya alcanzado su punto máximo, pero probablemente sea demasiado pronto para saberlo con certeza. Para el miércoles, el promedio en siete días de muertes diarias era 134, una mejora con respecto a la semana anterior, cuando la media en siete días llegó a 144, un récord.

“Estamos por doblar la esquina de esta pandemia”, dijo Newsom el miércoles.

El gobernador se mostró optimista ante la tendencia pero resolvió evitar una reapertura que repitiera errores anteriores. Newsom, bajo presión, comenzó a abrir negocios de nuevo a fines de la primavera antes de que se cumplieran sus propios puntos de referencia para una reapertura más segura.

“El peor error que podemos cometer... es acelerarnos, al creer que estamos en cierto punto y volvemos a estar como al principio”, dijo Newsom el miércoles. “Y es por eso que tenemos que ser muy cautelosos y deliberativos”.

Newsom dijo que cuando se produzca la reapertura de la economía, se llevará a cabo “con mucho más enfoque, más intención y una mentalidad más deliberativa” para educar a la gente sobre cómo disminuir la propagación de la enfermedad.

“Tenemos que mantener nuestra vigilancia”, enfatizó Newsom, “y necesitaremos una campaña de concientización pública y de cumplimiento adecuada”.

En el condado de Los Ángeles, la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer, dijo el miércoles que la tasa de enfermedad aún era tan alta que los colegios y universidades tendrían que permanecer en gran parte cerrados a la instrucción en persona hasta que los niveles de enfermedad bajaran aún más, con excepciones limitadas, como trabajos de laboratorio o para los estudiantes que se convertirán en parte de la fuerza laboral esencial.

“La naturaleza misma de la forma en que operan los colegios y universidades crea un riesgo significativo de brotes de COVID-19”, manifestó Ferrer.

Las reuniones sociales y los brotes en el lugar de trabajo provocaron un aumento significativo en la propagación del virus después de que la economía se reabrió en mayo y junio.

Un análisis del gobierno de los 188 brotes de coronavirus documentados en el condado de San Diego mostró que el total incluía a 61 que ocurrieron en restaurantes o bares, 45 en varios negocios y 18 en entornos de atención médica. Diez brotes ocurrieron en recintos gubernamentales, nueve en residencias, ocho en gimnasios, siete en espacios religiosos, seis en instalaciones de procesamiento de alimentos, seis en tiendas de comestibles, cinco en hoteles o complejos turísticos o spas y cuatro en preescolares.

El condado de Los Ángeles ha reportado 30.827 nuevos casos de coronavirus en las últimas dos semanas, lo que equivale a 305 nuevos casos por cada 100.000 residentes. El condado deberá reducir ese número a 200 casos nuevos por cada 100.000 habitantes durante un período de dos semanas antes de que los funcionarios locales puedan contemplar la posibilidad de permitir la reapertura de algunas escuelas primarias, y se necesitará una tasa de 100 nuevos casos por cada 100.000 residentes para aprobar mayor reapertura de la economía.

Ferrer dijo que no sabía cuándo el condado de Los Ángeles alcanzaría esos niveles, pero señaló que era posible; la ciudad de Nueva York ha tenido una tasa de alrededor de 50 casos por cada 100.000 residentes en las últimas dos semanas, expuso. En otros lugares del mundo, con un “esfuerzo realmente concertado, esa tasa ha bajado y lo ha hecho significativamente”, manifestó.

Sin embargo, persisten los desafíos.

El condado de L.A. ha presentado una demanda solicitando el cierre de una iglesia en Sun Valley, alegando que Grace Community Church of the Valley comenzó a realizar servicios de adoración en interiores el 26 de julio. Newsom ordenó la prohibición de los servicios religiosos en interiores en los condados más afectados el 13 de julio; todavía se permiten los servicios al aire libre.

Los funcionarios del condado dijeron que los videos publicados de servicios religiosos este mes muestran a los feligreses reunidos sin mascarillas o que se mantienen a menos de dos metros de distancia. La iglesia emitió una declaración que decía que “el cumplimiento sería desobediencia a los claros mandamientos de nuestro Señor”.

Algunos de los brotes más grandes en el condado de L.A. incluyen los identificados en 10 sitios de trabajo de UPS en Los Ángeles, Bell, Gardena, Vernon, Cerritos, Sylmar, Van Nuys y otros lugares en los que 84 trabajadores dieron positivo; y en el sitio de construcción del Estadio SoFi en Inglewood, donde 77 trabajadores dieron positivo.

En Trojan Battery Co. en Santa Fe Springs, 61 empleados en dos lugares de trabajo dieron positivo; tres han sido hospitalizados y un trabajador murió, dijo el Dr. Muntu Davis, oficial de salud del condado de Los Ángeles.

Los casos siguen siendo altos en el Sur de California. El condado de San Bernardino ha informado 350 nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 residentes en los últimos 14 días; el condado de Riverside, 328; el condado de Ventura, 211; el condado de Orange, 207; y el condado de San Diego, 155.

Pero para reducir drásticamente las nuevas infecciones, todos deben usar mascarillas en público, las empresas tienen que cumplir con las nuevas reglas de salud y seguridad del coronavirus para proteger a los trabajadores, y los residentes deben dejar de organizar y asistir a fiestas, dijeron las autoridades. Los adultos jóvenes se infectan cada vez más y son hospitalizados, un patrón que se observa en toda California.

“En junio, la tasa de casos entre los jóvenes realmente comenzó a despegar”, destacó la Dra. Sara Cody, funcionaria de salud del condado de Santa Clara.

La alcaldesa de San Francisco, London Breed, dijo que deseaba poder tener una fiesta para celebrar su cumpleaños el martes, pero está claro que muchas personas que se están infectando han contraído el virus en reuniones familiares, fiestas y otros eventos.

Entonces, para su cumpleaños, “Voy a distanciarme socialmente y hablar con la gente en Zoom”, dijo Breed a los periodistas. “Y eso es lo que tenemos que hacer. Imagínense si todos hiciéramos nuestra parte”.

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