Preocupación por el aumento de muertes de personas sin hogar en el condado de Orange
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Los defensores de las personas sin hogar están preocupados por un aumento en las muertes desde que la pandemia de COVID-19 se apoderó del condado de Orange.
Según datos de la oficina del forense, 146 individuos sin hogar murieron entre abril y agosto. Durante el mismo período el año pasado, hubo 82 decesos entre las personas desamparadas.
Aunque el médico forense no registra que el origen de la muerte se deba a causas naturales, más de 90 de las causas de defunción de las personas sin hogar se dejaron en blanco en los informes. El reverendo Dennis Kriz, un firme defensor de los desamparados en el condado de Orange, cree que el aumento de decesos puede estar relacionado con la pandemia de una manera indirecta, incluidos los esfuerzos insuficientes de divulgación.
Kriz ha estado documentando las muertes de los desamparados mensualmente para Voice of OC.
“Creo que las personas sin hogar, sobre todo, simplemente tienen miedo de ir al hospital”, dijo Kriz, señalando los riesgos de visitar un hospital durante la pandemia.
El pastor, que apoyó a decenas de desamparados al permitir un campamento en los terrenos de su iglesia en Fullerton, trabaja con la coalición Housing is a Human Right OC.
Hace meses, Kriz y otros defensores realizaron manifestaciones en automóviles para presionar al condado a hacer más por estas personas durante la pandemia.
El condado ha estado buscando ayudarlos a través del Proyecto Roomkey, una iniciativa estatal que brinda refugio de aislamiento temporal a personas sin hogar que exhiben síntomas de COVID-19 y a aquellas que tienen un alto riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad. La iniciativa proporciona 692 habitaciones en seis sitios de hoteles y moteles.
El condado también está proporcionando alrededor de $1.3 millones a los proveedores de servicios para la colocación de refugios temporales alternativos para las personas sin hogar.
“Cualquier muerte es demasiada, y la Agencia de Atención Médica, en colaboración con nuestros socios comunitarios, continúa trabajando en soluciones enfocadas en vincular a los desamparados con los recursos de vivienda, salud física y conductual que necesitan”, manifestó Jason Austin, director de la oficina de coordinación de la atención de la agencia del condado de Orange, en un correo electrónico. “Es nuestro trabajo ayudar a los más vulnerables tanto durante el COVID como después”.
El Proyecto Homekey, otra iniciativa estatal, es la siguiente fase en la prevención de la propagación del virus entre la población sin hogar. Con la ayuda de $600 millones en subvenciones estatales, los condados comprarán y rehabilitarán hoteles, moteles, apartamentos vacíos y otros edificios.
Austin afirmó que el condado ha presentado tres solicitudes al estado para estos sitios.
Kriz comentó que Project Roomkey ha sido insuficiente.
“El programa nunca fue dimensionado al tamaño adecuado”, dijo Kriz. “Jamás hubo un intento de colocar a todos los que están en la calle en una habitación de hotel”.
Kriz cree que el condado de Orange necesita contratar más hoteles para albergar a una mayor cantidad de personas. En el recuento en un momento de 2019, había casi 7.000 desamparados en el condado.
“Este es el momento de hacerlo; los hoteles son más baratos que antes”, dijo Kriz. “Salvaría vidas... Gastan la gran mayoría de sus fondos discrecionales para hacer cumplir la ley. Así que hay que usar esa parte de ese dinero para comprar hoteles”.
Si bien Kriz cree que llevar a las personas sin hogar a estos lugares es probablemente la mejor ruta, tiene quejas sobre el Project Roomkey. Kriz y Dave Durán, otro activista, dicen que pone límites a los desamparados, obligándolos a quedarse en los hoteles para reducir la propagación del virus. Durán comentó que estos lugares se administran como “prisiones”.
“Podría decirse que está justificado por las razones de, ya sabe, que no quieren que la gente deambule por todos lados y luego traiga el COVID al hotel”, dijo Kriz. “Si está diciendo que las personas no pueden irse libremente, básicamente le está pidiendo a la gente que se una al [Proyecto] Roomkey. Entonces se convierte en un encarcelamiento esencialmente voluntario”.
No está claro cuál es la respuesta para proteger a las personas sin hogar del COVID-19.
Kriz sostuvo que los refugios son importantes, pero señaló que pueden representar un problema para la propagación de la enfermedad. Dijo que los refugios requieren un mínimo de tres pies entre las camas, pero el consenso es que se necesitan seis pies para evitar la propagación del coronavirus.
“La colocación de la cama a tres pies es de la cabeza a los pies, lo que resulta en seis pies de cara a cara”, dijo Austin.
“El mismo estándar para todo lo demás es de seis pies”, señaló Kriz. “La única exención, que yo sepa, es para las personas sin hogar. Eso es algo que casi con seguridad no se les escapa”.
Austin dijo que el condado se está coordinando con los refugios para desamparados a fin de guiar y recomendar las mejores prácticas para prevenir la propagación del coronavirus. Agregó que esto incluye cambios operativos y la reducción del número de ocupantes en aras del distanciamiento social.
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