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A medida que se acercan las elecciones, algunos posibles votantes se sienten frustrados por los retrasos en los procesos de ciudadanía

Alfredo De Jesus is a green card holder who applied for U.S. citizenship at the beginning of the year.
Alfredo De Jesús es un titular de una tarjeta verde que solicitó la ciudadanía estadounidense a principios de año, pero debido a retrasos en el procesamiento, no se naturalizará a tiempo para votar.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

Alfredo De Jesús solicitó convertirse en ciudadano estadounidense a principios de 2020, tan pronto como fue elegible.

Pensó que su solicitud sería procesada con suficiente tiempo para votar en las elecciones de este año. Pero todavía está esperando.

De Jesús se encuentra entre los muchos futuros ciudadanos cuyas solicitudes se estancaron en gran parte debido al COVID-19. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU, la agencia responsable de procesar las naturalizaciones, cerró al comienzo de la pandemia durante varios meses y todavía está trabajando para ponerse al día.

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De Jesús dijo que se siente frustrado y decepcionado.

“Gente como yo, nos hemos estado preparando para convertirnos en ciudadanos estadounidenses para que se nos escuche, para hacer lo que se supone que es nuestra obligación y responsabilidad”, dijo De Jesús, “pero debido a esta pandemia, ahora no vas a ser parte de este gran evento”.

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A fines de marzo, justo después de que la pandemia cerrara gran parte del país, había más de 678.600 solicitudes de ciudadanía pendientes, incluidas unas 3.500 de miembros del ejército de EE.UU, según datos de la agencia. Casi 13.300 de ellas estaban en la oficina de San Diego.

Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU aún no han publicado datos más recientes.

María Elena Upson, vocera de la agencia, dijo que si bien estuvo cerrada del 18 de marzo al 3 de junio, la agencia logró procesar 6.935 solicitudes.

Desde la reapertura, señaló, la agencia primero dio prioridad a las ceremonias para jurar a las aproximadamente 110.000 personas que ya fueron aprobadas y cuyas ceremonias de juramento se cancelaron durante el cierre de la pandemia. Esa tarea tomó alrededor de 10 semanas.

La agencia ha procesado más de 241.500 naturalizaciones desde la reapertura, expuso Upson. El proceso requiere varios pasos, que incluyen tomarse las huellas digitales, realizar una prueba y ser entrevistado, antes de que alguien pueda prestar juramento como ciudadano estadounidense.

Eso sigue siendo una reducción en la velocidad de procesamiento de los últimos años debido a las pautas en curso sobre la seguridad en el espacio de oficinas durante la pandemia.

Según un análisis del Union-Tribune de los datos de la agencia, los funcionarios han obtenido un promedio de entre 60.000 y 69.000 solicitudes por mes en los últimos años, dependiendo del año. Upson señaló que el año fiscal 2019 fue un año récord para la agencia en el número de naturalizaciones, alrededor de 834.000.

Desde la reapertura, el promedio ha sido de poco más de 48.000 solicitudes por mes.

No está claro cuántas personas adicionales podrían haber presentado solicitudes desde marzo o exactamente cuántas están pendientes ahora.

“Las solicitudes de ciudadanía continúan siendo una prioridad para USCIS y nos esforzamos por completarlas de la manera más eficiente posible”, dijo Upson. “Nos encontramos haciendo entrevistas de naturalización y estamos comprometidos a realizar tantas como podamos de una manera que sea segura para nuestro personal y para el público”.

Para inmigrantes como De Jesús, la desaceleración significa que pasarán otros cuatro años antes de que puedan votar en una elección presidencial en el país que llaman hogar.

De Jesús vino a San Diego desde Veracruz, México, en 2012 para visitar a su familia.

Para Donald Trump los migrantes son asesinos, violadores, personas malas o los de menor coeficiente intelectual.

Mientras estuvo aquí, le reveló a un amigo que la policía lo estaba acosando en México porque es gay. Su amigo le dijo que podría solicitar asilo.

Debido a que De Jesús ya estaba en Estados Unidos con una visa, pudo solicitar asilo a través de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos en lugar de los tribunales de inmigración. Un par de años después, un oficial de asilo le otorgó protección.

Cuando los solicitantes se convierten en asilados, se les otorga una visa especial que, después de un año, se puede actualizar a una tarjeta verde. Luego, deben esperar cinco años para solicitar la ciudadanía estadounidense.

Mientras De Jesús avanzaba en el proceso, encontró trabajo en una farmacia de Hillcrest como un promotor del paciente, un trabajo que ama. Y le encanta el apoyo que siente en San Diego por las dos comunidades con las que se identifica: la comunidad latina y la comunidad gay.

Son sus vínculos con la comunidad latina lo que particularmente le hace querer poder votar. Dijo que conoce a muchos compañeros latinos que no le ven el sentido. Les dice que cree que votar es importante y quiere dar el ejemplo.

“Si no votamos, simplemente estamos perdiendo la esperanza y renunciando a las cosas que realmente no queremos que sucedan”, manifestó De Jesús. “La única forma de ser escuchado es votando. Eso es un gran privilegio. No todos lo tenemos”.

De Jesús recibió ayuda con su solicitud de ciudadanía de Alliance San Diego. La organización se estaba preparando a principios de 2020 para lanzar un programa centrado en ayudar a los inmigrantes elegibles a naturalizarse a tiempo para votar en estas elecciones.

Los clientes llaman con frecuencia para preguntar sobre sus casos, dijo Michelle Celleri, abogada de Alliance San Diego.

“Se acercan y preguntan: ‘¿Cuándo se procesará mi caso? ¿Cuánto tiempo está tomando esto?’ Y no hay respuestas reales que pueda darles porque el gobierno ni siquiera lo sabe”, expuso Celleri. “Y entonces hay un poco de ansiedad. Los planes de muchas personas están en suspenso”.

La solicitud de De Jesús fue la primera que su organización envió a la agencia este año, eso significa que ninguno de sus clientes ha superado el proceso todavía.

Si pudiera votar, dijo De Jesús, estaría votando como demócrata porque cree que el presidente Trump está perjudicando a sus comunidades. Reconoció que en un estado como California, donde hay pocas dudas en las encuestas sobre el resultado para la presidencia, su voto podría no influir tanto como en otros lugares. Pero todavía quiere participar.

Y hay muchos aspirantes a ciudadanos que esperan que sus solicitudes sean procesadas en lugares que los analistas observan de cerca como posibles estados indecisos.

El retraso en esos estados (Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Michigan, Minnesota, Nevada, New Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania, Texas y Wisconsin) era de casi 242.300 a fines de marzo. Antes de la pandemia, ya había crecido un 7% desde el final del año fiscal 2019, un poco más que el crecimiento de los casos pendientes a nivel nacional, alrededor del 5%.

Morrissey escribe para el San Diego Union-Tribune.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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