El tira y afloja sobre la reapertura de las escuelas alcanza un punto álgido en los condados de L.A. y Orange
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El estira y afloja de las escuelas se intensificó el viernes cuando los activistas entablaron un litigio para que los campus se abrieran en Los Ángeles, incluso a pesar de que los maestros del condado de Orange suplicaron que se cerraran.
En medio de un aumento sin precedentes de infecciones por COVID-19 y que muchos estudiantes están fallando en varias clases de aprendizaje en línea, cada vez es más difícil encontrar un término medio tolerable entre los líderes escolares, los padres y los maestros en la crisis educativa de nueve meses que mantiene cerrado los campus.
Días después de que el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles anunciara que cerraría todos los campus para recibir instrucción limitada en persona, dos grupos de activistas de los niños pidieron a la corte del estado que ordenara una reapertura parcial -pero aún sustancial- para atender a los estudiantes más jóvenes y aquellos con necesidades especiales, como alumnos con discapacidades y aquellos que están aprendiendo inglés.
En contraste, muchos distritos escolares en el condado de Orange pudieron reabrir campus en el otoño cuando las tasas de virus estaban disminuyendo. Pero con los sistemas médicos de emergencia del Condado a punto de colapsar, los líderes sindicales de maestros han pedido abrumadoramente un cierre temporal pero total de los campus, diciendo que el riesgo para el personal, los estudiantes y sus familias por COVID-19 es simplemente demasiado grande.
“No estamos en una pequeña burbuja”, dijo Therese Sorey, directora de la Asociación de Maestros de Irvine. “Los padres de los estudiantes trabajan en todas partes y nuestro personal vive en todas partes”.
En esta dicotomía, los defensores de cada posición pueden aportar pruebas poderosas.
Las investigaciones están demostrando que los estudiantes han sufrido daños graves por la pérdida de la instrucción en persona, y el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el segundo distrito escolar más grande del país, se encuentra entre los sistemas que se han movido de manera más gradual y cautelosa hacia la restauración de los servicios basados en el campus. Sus escuelas también sirven a las comunidades que se ven gravemente afectadas por COVID-19.
“No hay duda de que ya se ha producido una grave pérdida de aprendizaje, está en curso y provocará un daño irreparable para estos estudiantes”, dice la petición presentada en nombre de Alliance for Children’s Rights y Learning Rights Law Center. “Esta catástrofe en cámara lenta, con consecuencias negativas potencialmente irreversibles y de por vida para los alumnos, puede y debe abordarse de inmediato”.
La presentación judicial se produce después de una decisión del lunes por parte del superintendente de las escuelas de L.A., Austin Beutner, de cerrar todos los campus del distrito. Describió la situación de salud pública como “extraordinaria y bastante peligrosa”, con tasas de infección demasiado altas para permitir que los estudiantes y los maestros interactúen de manera segura en el campus, incluso con amplias medidas de seguridad.
Hasta ese momento, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles había ofrecido tutorías y evaluaciones en persona limitadas para alumnos con necesidades especiales, llegando a menos del 1% de los 465.000 estudiantes desde jardín de infantes hasta el grado 12.
Los litigantes caracterizan la escasez de servicios en persona del Distrito Escolar Unificado de L.A. como inaceptable e ilegal, citando requisitos educativos que se convirtieron en ley durante el verano.
Una portavoz del distrito escolar se negó a comentar.
La legislación aprobada en junio preservó los fondos para los distritos escolares en niveles similares a los del año anterior, pero también estableció pautas generales destinadas a garantizar que los estudiantes recibieran una educación adecuada a pesar de la pandemia. Reconociendo las limitaciones del aprendizaje en línea, los legisladores especificaron que la instrucción debe realizarse en persona “en la mayor medida posible” y también que la duración de la instrucción tiene que cumplir con los estándares mínimos estatales.
Hasta ahora, las pautas de salud del Condado han gobernado cuánta instrucción se permite durante la pandemia y los distritos escolares tienen la autoridad para ser más restrictivos. El litigio busca cambiar eso en el LAUSD.
Los grupos de defensa buscan obligar al distrito a proporcionar tanta instrucción en persona como lo permitan las pautas de salud pública del condado de Los Ángeles.
Esas directivas permiten que las escuelas ofrezcan instrucción para estudiantes con necesidades especiales en grupos de hasta 12. Y el número total de alumnos en el campus puede equivaler hasta el 25% de la matrícula total de una escuela. Las pautas se establecieron para ayudar a los estudiantes más necesitados, incluidos los que tienen discapacidades, los alumnos de inglés y los que tienen dificultades especiales con el aprendizaje a distancia.
Además, las escuelas pueden solicitar exenciones para traer de regreso a los más pequeños (desde jardín de infantes de transición hasta segundo grado) que tienen menos capacidad de aprender a través de Zoom y otras plataformas en línea.
“Si bien el aprendizaje a distancia es un desafío para todos... para algunos estudiantes, es simplemente imposible”, dijo Alex G. Romain, socio de Milbank LLP, que presentó la demanda en nombre de las organizaciones en conjunto con otras dos firmas de abogados.
La legislación estatal también requiere que los distritos escolares aborden la pérdida de aprendizaje siempre que sea posible a través de la instrucción presencial en el aula, y el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles no lo ha hecho, manifestó Romain.
La demanda alega que el distrito escolar podría haber tomado medidas para reanudar algunas clases en persona a partir de septiembre con protocolos de seguridad establecidos. El año escolar comenzó a mediados de agosto y el distrito ha dicho anteriormente que comenzó su programa de tutoría individual en octubre.
Ariel Harman-Holmes, de 40 años, se ausentó del trabajo como abogada para quedarse en casa con sus hijos de 2, 6 y 8 años. Su hijo de 8 años, que es autista, lucha con el formato en línea. Las fallas de Internet distraen y las clases de Zoom pueden provocar una sobrecarga sensorial. Dijo que trató de que lo evaluaran y lo colocaran en un programa especializado, pero el proceso se retrasó debido al cierre de las escuelas. Ella señaló que su escritura ha retrocedido.
“Necesita más que ver una pantalla”, manifestó. “Él no puede aprender de esta manera, simplemente no puede”.
Sorey, de la Asociación de Maestros de Irvine, está totalmente de acuerdo en que los estudiantes deben estar en clases presenciales, pero no ahora.
Su sindicato se unió a casi todos los demás maestros locales del condado de Orange pidiendo el cierre temporal de los campus del distrito que permanecieron abiertos durante el aumento.
Los funcionarios del Distrito Escolar Unificado de Brea Olinda anunciaron el regreso al aprendizaje a distancia de tiempo completo el lunes pasado y el Distrito Escolar de la Ciudad de La Habra hizo una llamada similar a partir del 3 de diciembre y continuando hasta las vacaciones de invierno, dijo Ian Hanigan, director de comunicaciones de la Oficina de Educación del Condado de Orange.
Otros líderes, incluidos los del Distrito Unificado de Irvine, han insistido en que pueden seguir operando de forma segura. Las infecciones, dijeron, no se están propagando dentro de las escuelas, aunque los campus han reportado casos.
Desde el 16 de agosto, las escuelas han informado de 658 casos, según el departamento de salud del Condado. Durante ese período, los campus volvieron a abrir gradualmente, y los primeros grados generalmente regresaban antes.
Sorey dijo que los padres no necesariamente reportan información médica a los distritos, por lo que ha sido difícil comprender completamente la prevalencia de la infección en las escuelas. Pero les están comunicando a los maestros sobre actividades de riesgo, como fiestas de cumpleaños, viajes familiares y deportes en clubes. Y algunos sistemas escolares, señaló, han sido más transparentes en publicar información que otros.
También se están realizando esfuerzos a nivel estatal para que los campus vuelvan a funcionar, pero solo cuando las condiciones de salud hayan mejorado.
Un grupo de legisladores estatales demócratas aboga por que las escuelas comiencen a planificar la instrucción en persona el próximo semestre. El lunes, el asambleísta Phil Ting (D-San Francisco) presentó un proyecto de ley que requeriría que las agencias educativas establezcan instrucción en persona poco después de que las autoridades de salud pública lo permitan.
En un comunicado, Ting, quien es padre de niños en edad escolar, dijo que le preocupan los alumnos que se están quedando atrás debido a “nuestra dependencia de la enseñanza remota”. Los estudiantes de bajos ingresos en las escuelas públicas son los más afectados por los cierres, ya que algunas escuelas privadas ya han reabierto, empeorando las brechas de rendimiento, expuso.
“Las escuelas en otros estados y países han priorizado el aprendizaje en persona durante el COVID-19 y lo han hecho sin grandes brotes. California debería seguir ese camino”, concluyó Ting.
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