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El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles no otorgará calificaciones reprobatorias este semestre

The principal and a teacher from Eagle Rock Jr./Sr. High School look at a computer during an online class.
La directora de la escuela preparatoria Eagle Rock Jr./Sr., Mylene Keipp, a la derecha, interactúa virtualmente con los estudiantes de la clase de medicina deportiva de Arlene Alpuerto. Quienes estén reprobando este semestre recibirán un “Incompleto” en lugar de una calificación reprobatoria.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Citando las dificultades de la pandemia, los funcionarios escolares de Los Ángeles aplazaron las calificaciones reprobatorias de este semestre, hasta al menos el 29 de enero, lo que les da a los estudiantes tiempo adicional para modificar su resultado.

La medida es el último esfuerzo del segundo distrito escolar más grande del país para evitar penalizar a los estudiantes bajo una presión cada vez mayor, durante la emergencia del coronavirus que continúa cambiando su educación y empeorando las dificultades familiares.

En comparación con el año pasado, el puntaje de las notas se ha deteriorado drásticamente, especialmente para los estudiantes latinos y negros, para quienes aprenden inglés, las personas con discapacidades, los jóvenes adoptados y los que se encuentran sin techo, según un mensaje enviado a los directores de escuelas preparatorias el lunes y obtenida por el Times.

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La medida extiende una versión modificada de la política de “no fallar” del semestre de primavera, cuando los campus cerraron por primera vez al inicio de la pandemia. La decisión del lunes ganó elogios de Elmer Roldán, director ejecutivo del grupo de defensa Comunidades en las Escuelas de Los Ángeles.

Dadas las limitaciones del aprendizaje a distancia, “reprobar a los niños envía el mensaje equivocado y aumenta aún más sus posibilidades de ser expulsados”, dijo Roldán. “Este no es el momento de castigar a los estudiantes, cuando sus familias están luchando por mantener un techo sobre sus cabezas y comida en la mesa”.

El liderazgo del sindicato de maestros indicó que apoya las “políticas de calificación humanitaria”, pero está preocupado por el momento del anuncio, cuatro días antes del final del semestre —y la falta de coordinación en la planificación para el distrito.

En Orange, el Distrito Escolar Unificado de Santa Ana también ha modificado los procedimientos de las calificaciones con la esperanza de ayudar a más estudiantes a aprobar sus clases. Sin embargo, en general, parece que menos sistemas escolares brindan alivio en comparación con la primavera, cuando los campus cerraron repentinamente y hubo dificultades para cambiar al aprendizaje en línea.

La nueva política del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles surgió de las preocupaciones sobre el aumento en las calificaciones D y F, un patrón que se refleja en todo el país en los sistemas escolares que han cerrado los campus y se han basado en el aprendizaje a distancia. Entre los problemas que enfrentan los estudiantes se encuentra el acceso a internet inconsistente o inadecuado, y un entorno de estudio deficiente en el hogar.

En abril fueron prohibidas las calificaciones reprobatorias durante el semestre de primavera y también se determinó que ninguna nota de los alumnos podría ser más baja que la del 13 de marzo, el último día de instrucción en el campus. En ese momento, muchos maestros y algunos directores se quejaron de que la política socavaba la motivación de los estudiantes, y unos cuantos informaron una disminución posterior en su esfuerzo.

Tales preocupaciones resurgieron el lunes durante una reunión de profesores en una escuela secundaria en el Valle de San Fernando, según una maestra de inglés que no quiso ser identificada porque no estaba autorizada para hablar.

“Sí, es tiempo de COVID”, dijo la maestra. “Pero este suave fanatismo de las bajas expectativas, incluido el hecho de que se nos prohíba solicitar que los estudiantes comenten o que se muestren en la cámara durante una reunión de Zoom —en realidad, ayudará a nuestros alumnos de bajos ingresos a permanecer atrasados en el proceso de aprendizaje”.

El mensaje del distrito, enviado por la División de Instrucción y firmado por la directora Académica, Alison Yoshimoto-Towery, y el director ejecutivo sénior Pedro García— proporciona nuevos datos sobre los estudiantes que estaban reprobando clases 15 semanas después del semestre de otoño.

El porcentaje de esas materias entre los estudiantes latinos de secundaria es del 24.9%; para los alumnos negros de secundaria, es del 23.2%. Esto se compara con el 12.9% de los blancos y el 7.6% de los asiáticos. Esta brecha se ha ampliado desde el año pasado.

La cantidad de calificaciones reprobatorias para los estudiantes que aprenden inglés ya era alta, pero aumentó en casi 15 puntos porcentuales, llegando al 35%.

El objetivo primordial de la nueva medida —además de evitar las calificaciones reprobatorias— es brindar a los estudiantes la oportunidad de demostrar conocimiento académico sin penalizarlos por cualquier factor que tradicionalmente resultaría en un puntaje más bajo. La mala asistencia, la falta de participación en clase y el no entregar las tareas no deberían ser la base para que un alumno sea objeto de consecuencias académicas severas, dice la directiva.

“Tener la cámara apagada no debería ser una calificación”, afirma el mensaje del distrito, refiriéndose a las ahora omnipresentes sesiones de clase por medio de la plataforma Zoom y otras modalidades en línea. “La asistencia, el compromiso, la entrega del trabajo a tiempo y las preocupaciones de comportamiento deben reflejarse en la marca de hábitos de trabajo o cooperación, según corresponda”.

La capacidad de la UCI ha disminuido al 1% en el condado de Ventura y al 0% en el de Riverside, mientras que el condado de Los Ángeles tiene menos de 100 camas disponibles.

De esta forma reciben una calificación de “Excelente”, “Satisfactorio” o “Insatisfactorio”.

Si un maestro asigna un puntaje reprobatorio, el sistema de registros del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles lo convertirá al criterio de “Incompleto”, por el momento.

“La naturaleza de esta denominación debe declararse completamente en una carta a los padres sobre el trabajo incompleto”, afirma el distrito. “Y esos adeudos deben recuperarse antes del 29 de enero de 2021, a menos que el alumno y el maestro lo extiendan mutuamente”.

Incluso una calificación de Incompleto no debe asignarse sin medidas notables para comunicarse, incluidos varios intentos documentados de comunicarse con el estudiante y la familia, oportunidades para facilitar el aprovechamiento escolar, colaboración con consejeros y otro personal de apoyo estudiantil, así como la consulta con un administrador.

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Si un alumno entrega una tarea que demuestra conocimiento de la materia, dicho trabajo podría justificar una calificación aprobatoria.

El enfoque en Santa Ana es diferente. Allí, si un estudiante no hace ningún proyecto escolar, recibe un promedio de 55 en lugar de cero. Esto le da la oportunidad de lograr una calificación aprobatoria —del 60% o mejor— al comenzar a entregar las tareas, incluso si llegan tarde, dijo Fermin Leal, director de comunicaciones del distrito. Un puntaje de 60 sería una D.

“Aún creemos que es importante hacer el trabajo que se asigna y que es parte del plan de estudios”, señaló Leal.

Eric Sondheimer, contribuyó a este artículo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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