Ya ‘en jaque’, los hospitales del condado de L.A. se preparan para peores condiciones en las próximas semanas
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Con la explosión de casos de COVID-19 en todo el condado de Los Ángeles, los funcionarios creen que los hospitales se verán afectados por una ola de pacientes en las próximas semanas mucho más grande que incluso los pronósticos más nefastos, y que pondrán al límite la infraestructura médica de la región.
Había casi 1.000 pacientes con COVID-19 en las unidades de cuidados intensivos del condado de Los Ángeles hasta el martes; los pronósticos estiman que a principios de enero podría haber entre 1.600 y 3.600 enfermos que necesiten camas de UCI, si las tendencias de transmisión del virus siguen siendo las mismas. Solo hay 2.500 camas de UCI matriculadas en el condado de L.A.
“Simplemente no hay suficiente personal capacitado para atender el volumen de pacientes que se prevé”, enfatizó la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del Condado. “Nuestros hospitales están sitiados y nuestro modelo no muestra un final a la vista”.
Los hospitales del condado de Los Ángeles se están llenando como nunca antes. Durante gran parte de septiembre y octubre pasados, cerca de 100 pacientes al día con COVID-19 eran ingresados diariamente en sanatorios. Justo antes del Día de Acción de Gracias, se admitían casi 300 nuevos pacientes al día.
Ahora, hay alrededor de 600 nuevos pacientes con COVID-19 que necesitan hospitalización diariamente, y los funcionarios creen que la cifra podría aumentar a entre 750 y 1.350 al día en la víspera de Año Nuevo.
“Si los números siguen aumentando de la manera en que lo han hecho, me temo que podemos quedarnos sin capacidad dentro de nuestros hospitales”, agregó la Dra. Denise Whitfield, directora médica asociada de la agencia de servicios de emergencia del condado de Los Ángeles y emergentóloga en Harbor-UCLA Medical Center, cerca de Torrance. “El nivel de atención que merecen todos los residentes del condado de L.A. puede verse amenazado por el solo hecho de que estamos abrumados”.
El nuevo pronóstico se conoce mientras el condado de Los Ángeles experimenta nuevos récords diarios, tanto en casos de COVID como en muertes.
Por primera vez, un recuento condado por condado de Los Angeles Times encontró más de 50.000 nuevos casos de coronavirus y casi 400 decesos en California reportados en un solo día. La encuesta de The Times, el miércoles por la noche, encontró 51.724 nuevos casos de coronavirus reportados en una sola jornada, lo cual rompió nuevamente el récord estatal para un solo día -que ya había sido superado el lunes, con el reporte de 42.088 casos-.
Prepararse para las semanas por venir
Ghaly anticipó lo que sucedería si el sistema de salud se abruma: los médicos y enfermeros, agotados, trabajan más allá de su capacidad, lo cual aumenta la posibilidad de que los enfermos mueran y el personal médico se vea obligado a racionar las camas de UCI, porque “el sistema simplemente no tener la capacidad o el personal para brindar atención a todos aquellos que la necesiten”, enfatizó.
Los hospitales del condado de Los Ángeles intentan desesperadamente liberar camas de hospital dando de alta a los pacientes en recuperación lo más rápido posible, pero no pueden exigir a su personal durante mucho tiempo que cumplan la demanda, y la calidad de la atención al paciente podría empeorar.
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“Muchos hospitales ya sobrepasaron las proporciones de personal de enfermería, y sus empleados no necesariamente están obteniendo los descansos que se supone que deben tomar”, comentó Ghaly.
Solo quedan unas 100 camas de UCI disponibles en el condado de Los Ángeles, que alberga a 10 millones de personas. Los científicos del Condado estiman que, en promedio, cada persona infectada está transmitiendo el virus a otros 1.2 individuos, la cifra más alta desde las primeras semanas de la pandemia.
“Así que, quiero hablar con claridad: hoy, en el condado de Los Ángeles, tenemos un problema”, remarcó Ghaly. “Y en este punto, todo lo que nuestros sistemas hospitalarios pueden hacer es prepararse para estos días y semanas por venir”.
‘Lo peor que he visto’
La Dr. Whitfield dijo que las condiciones se están deteriorando rápidamente. “Esto es real”, remarcó. De los últimos nueve meses de la pandemia, “es lo peor que he visto en términos de nuestra capacidad para cuidar de los pacientes”.
Hasta el pasado fin de semana, Harbor-UCLA aún podía manejar a sus pacientes con COVID, pero ese hacinamiento significaba que algunas personas debían permanecer en emergencias cuando en realidad tenían que ser trasladadas a otra sala del hospital.
“Lo que eso significa es que cuando un paciente necesita ser admitido en el hospital, y requiere una cama de UCI o de internación, simplemente no tenemos el personal o el espacio real para cuidarlo”, añadió Whitfield.
Una sala de urgencias repleta dificulta que los médicos y enfermeros atiendan a personas con otras emergencias, como accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y traumatismos.
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‘Me temo que podemos quedarnos sin espacio’
Whitfield relató que ha trabajado en emergencias durante una década, pero el fin de semana pasado fue la primera vez que sintió que la situación de hacinamiento “en realidad puso en jaque el nivel de atención que podemos brindar a los pacientes”.
La pandemia ha agotado al personal médico. “Hemos trabajado de primera mano y personalmente con enfermos que tenían dificultad para respirar. Hemos tenido que aconsejar a familiares con cierta incertidumbre sobre lo que podía sucederles a sus seres queridos. Y hemos lidiado con la muerte”, comentó Whitfield.
“Entonces, observar cómo estos números incrementan en todo el Condado, es realmente muy aterrador para mí”, agregó. “Si las cifras continúan aumentando tal como lo han hecho, me temo que podemos quedarnos sin espacio dentro de nuestros hospitales”, añadió la doctora. “Y el nivel de atención que merecen todos los residentes del condado de Los Ángeles puede verse amenazado por el solo hecho de que estamos abrumados”.
Muy pocos cumplieron los pedidos de quedarse en casa para Acción de Gracias
Desafortunadamente, señaló Ghaly, pocas personas prestaron atención a las súplicas urgentes de los funcionarios de salud de quedarse en casa durante la semana de Acción de Gracias, y los médicos y enfermeras de todo el país ahora se ven abrumados por quienes contrajeron el coronavirus durante ese tiempo.
“Estamos viendo el impacto de lo que sucedió durante el Día de Acción de Gracias. Parece que no muchos escucharon y cumplieron el mensaje: quédese en casa y evite reunirse con otras personas”, expuso Ghaly. “La transmisión y los nuevos casos se están disparando como resultado de la actividad de las vacaciones y las interacciones más generales y entremezcladas que ocurrieron antes y después de esa fecha”.
Más personas están muriendo por COVID-19 en el condado de Los Ángeles que nunca antes en esta pandemia. El miércoles se reportaron 134 decesos, al igual que 22.469 nuevos casos de coronavirus, según un recuento independiente de The Times, ambos récords para un solo día.
Esos números estuvieron muy por encima del promedio semanal: alrededor de 13.000 casos de coronavirus y 71 muertes por día, infecciones y decesos que ocurren al doble del ritmo de hace dos semanas.
Los hospitales están inundados por un número sin precedentes de pacientes de COVID-19
Se cree que una de cada 80 personas en el condado de L.A. es contagiosa
En conjunto, ha habido más de 567.000 casos confirmados de coronavirus y 8.572 muertes por COVID-19 en el condado de Los Ángeles.
Revertir esta crisis será mucho más difícil que en las oleadas anteriores debido a que el virus está muy extendido, bastante peor que en cualquier otro punto de la pandemia. Se estima que una de cada 80 personas en el condado de L.A. ahora son infecciosas con el virus; la cifra es todavía más mala que a fines de septiembre, cuando los científicos del Condado calculaban que uno de cada 880 residentes del Condado era contagioso.
“Podemos frenar la propagación del virus, pero requerirá de un esfuerzo inmenso”, subrayó Ghaly. “Todavía tenemos algunas semanas difíciles por delante, y posiblemente sea hasta enero, si no más allá”.
La vacuna llega demasiado tarde para evitar que suceda este aumento, según Ghaly. “Simplemente no hay dosis suficientes en un período tan inmediato como para marcar una diferencia entre la tasa de infección general en la población regular”.
Así, Ghaly instó a que la gente cancele las reuniones sociales, como fiestas de cumpleaños y Navidad. “Lo que era seguro en el otoño o incluso hace dos meses, hoy no lo es”, destacó. “Hacer una fiesta de cumpleaños muy pequeña para su hijo en un parque no es seguro. Una reunión navideña reducida no es segura. Reunirse con un par de amigos para cenar no es seguro. Participar en un torneo deportivo, formal o informal, ya no es seguro”.
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