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1.4 millones buscan ayuda por desempleo, el primer aumento desde marzo

Special events workers who were forced out of work because of the COVID-19 pandemic march in Salt Lake City on Tuesday.
Trabajadores de eventos especiales que fueron forzados a dejar el trabajo debido a la pandemia de COVID-19 en Salt Lake City el martes.
(Rick Bowmer / Associated Press)

El número de personas que solicitaron asistencia pública por desempleo en Estados Unidos aumentó la semana pasada por primera vez desde que comenzó la pandemia en marzo, evidencia de la aguda crisis económica que está causando la enfermedad.

El aumento de las solicitudes semanales de desempleo a 1.4 millones subraya el papel descomunal que el sistema de seguro de desempleo está jugando entre los programas de redes de seguridad de la nación, justo cuando un pago cada siete días de ayuda federal de $600 para los desempleados expirará a fines de esta semana.

Corrección:

6:19 a.m. jul. 24, 2020A previous version of this story misspelled the last name of Enterprise Community Partners CEO Priscilla Almodovar as Aldomovar.

En total, según informó el jueves el Departamento del Trabajo, unas 32 millones de personas están recibiendo subsidios por desempleo, aunque esa cifra podría abarcar individuos que han repetido la solicitud en algunos estados. Algunos economistas calculan que la cifra verdadera es de alrededor de 25 millones.

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El ritmo de las solicitudes de desempleo de la semana pasada, la decimoctava semana consecutiva en superar el millón, aumentó a 1.3 millones en relación a la semana anterior. Antes de la pandemia, el número de solicitudes semanales nunca había excedido los 700.000.

Unas 975.000 personas adicionales solicitaron asistencia bajo un programa distinto para trabajadores independientes que por primera vez entró en vigor. Esa cifra no se ajusta a las tendencias estacionales, por lo que se reporta de manera separada.

El resurgimiento del virus en partes de Estados Unidos ha obligado a muchos negocios a volver a cerrar o a imponer más restricciones a sus clientes para acatar las órdenes estatales. La contracción resultante de la actividad empresarial probablemente inhibió el empleo y desató otra ronda de despidos.

El beneficio de 600 dólares semanales otorgado por el gobierno federal —por encima del que otorga cada estado— es la última fuente de asistencia económica que queda del paquete de 2 billones de dólares aprobado en marzo por el Congreso. Prácticamente ya ha expirado un programa menor de créditos empresariales y uno que envió cheques de 1.200 dólares a cada vivienda.

El Congreso negocia actualmente otro rescate económico que podría prorrogar el beneficio de 600 dólares, aunque probablemente a un menor nivel. Debido a esos 600 dólares semanales, unas dos terceras partes de los desempleados están actualmente recibiendo más dinero de lo que ganaban en sus empleos, según estudios recientes, lo que ha provocado quejas de los republicanos de que el programa está desalentando a la gente de buscar trabajo.

Aún así, ese dinero se ha convertido en un recurso indispensable para quienes perdieron empleos que han dejado de existir o que temen contraer el virus si regresan a trabajar.

La asistencia federal por desempleo también ha ayudado a reforzar la economía en general. El apoyo por desempleo representó el 6% de todos los ingresos de Estados Unidos en mayo, una proporción mayor que incluso el Seguro Social. Los economistas dicen que es una de las razones por las cuales el gasto minorista se recuperó tan rápido como lo hizo en mayo y junio, ayudando a impulsar un repunte económico modesto.

Con los casos confirmados de que el coronavirus ha aumentado en 46 estados en comparación con hace dos semanas, los economistas dicen que están cada vez más preocupados de que cualquier recuperación esté ahora en peligro. Veintidós estados han pausado o revertido la reapertura de negocios, según economistas del Bank of America.

Las medidas de la economía en tiempo real sugieren que las empresas se encuentran retrasando la contratación y que una cantidad mayor de pequeños negocios están cerrando permanentemente. El gasto en tarjetas de crédito se ha estancado en aproximadamente un 10% por debajo de los niveles del año anterior durante casi un mes, según JPMorgan Chase, después de haber aumentado constantemente desde mediados de abril hasta mediados de junio.

Y una encuesta semanal realizada por la Oficina del Censo descubrió que la cantidad de personas con trabajo cayó 6.7 millones a mediados de julio en comparación con el mes anterior, una señal de que los empleadores impusieron despidos, suspendieron la contratación o ambos.

En mayo y junio, las empresas habían vuelto a contratar lo suficiente como para compensar con creces la ola de despidos. Pero los datos del Censo ahora sugieren que la economía está perdiendo empleos nuevamente.

Los datos del sitio web de revisión del consumidor Yelp, que rastrea a millones de pequeñas empresas, muestran que cada vez más compañías de este tipo cierran permanentemente. Cerca de 73.000 pequeños negocios han cerrado definitivamente desde que la pandemia se intensificó en marzo, un 28% más que a mediados de junio.

“Cada vez que cierra un negocio, eso hace que la recuperación sea más larga y difícil, por lo que me preocupa”, dijo Ernie Tedeschi, economista del banco de inversión Evercore ISI.

Muchos de los desempleados dicen temer que una recuperación lenta y prolongada sea difícil de sobrevivir sin la ayuda semanal de $600 del gobierno federal. Si se eliminara ese pago, las prestaciones totales por desempleo se reducirían a entre la mitad y las dos terceras partes, según el estado del receptor.

Melissa Bennett ha estado utilizando el beneficio federal de desempleo para ayudarse a pagar su factura de seguro médico mensual de $1.900, que ha pagado por su cuenta desde que perdió su plan patrocinado por su empleador en junio cuando fue despedida de su trabajo en la recepción de un alquiler de vacaciones de tiempo compartido en Myrtle Beach, S.C., una ciudad costera que se ha convertido en un punto crítico de COVID-19.

Sin los $600, su beneficio de desempleo quedará en solo $200 a la semana, y tendrá que decidir si paga primero su hipoteca o sus servicios públicos.

Muchos analistas dicen que les preocupa que el vencimiento de la ayuda federales causará una ola de desalojos de inquilinos que no podrán realizar sus pagos mensuales. Incluso antes de la pandemia, los aumentos de los alquileres en la mayoría de las ciudades principales estaban reduciendo las finanzas de las familias de bajos ingresos.

Uno de cada cuatro inquilinos, 11 millones de hogares, gastaban más de la mitad de sus ingresos en alquiler antes de la recesión, dijo Priscilla Almodovar, CEO de Enterprise Community Partners, un grupo sin fines de lucro centrado en viviendas asequibles.

Enterprise posee 13.000 unidades de alquiler, y Almodovar señaló que hasta ahora, los inquilinos han mantenido sus pagos, lo que ella atribuye a la ayuda federal.

“Es muy precario, pero el estímulo los ha mantenido a flote”, concluyó.

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