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‘No le tengan miedo al Covid’, dice Trump al anunciar que hoy saldrá del hospital

White House Press Secretary Kayleigh McEnany
La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca Kayleigh McEnany, tercera desde la izquierda, espera con otros mientras el presidente Trump se prepara para dejar la Casa Blanca para ir al hospital Walter Reed el viernes.
(Alex Brandon / Associated Press)

El presidente Trump anunció el lunes en Twitter que dejará el Centro Médico Walter Reed, a los cuatro días de su diagnóstico de COVID-19 y días antes de que los expertos esperen que sepa si su condición mejora.

A pesar de recibir tratamientos experimentales que sugieren un cierto nivel de gravedad en los últimos días, Trump dijo sentirse en buena forma, mientras que de nuevo minimizó la gravedad de la pandemia.

“No le tengan miedo a Covid”, escribió en Twitter, anunciando su salida a las 6:30 p.m. ET. “No dejes que domine tu vida. Hemos desarrollado, bajo la administración Trump, algunos fármacos y conocimientos realmente grandes. ¡Me siento mejor que hace 20 años!”

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El lunes, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, anunció que ha dado positivo en la prueba del coronavirus, otra señal de que el virus que ha llevado al presidente Trump al hospital y que ha matado a más de 210.000 estadounidenses se está propagando por la Casa Blanca.

Otros dos miembros del personal de prensa de Trump también dieron positivo, según un alto funcionario de la Casa Blanca, aunque no estaba claro cuándo se realizaron sus pruebas.

Además del presidente y la primera dama Melania Trump, al menos una docena de asistentes de Trump, funcionarios de campaña, legisladores republicanos y contactos recientes han dado positivo en las pruebas de detección del coronavirus, un brote que hace de la Casa Blanca un punto candente para el contagio.

El funcionario dijo que los médicos del presidente probablemente darán una actualización sobre la salud de Trump más tarde el lunes. Su cuenta de Twitter estaba activa con mensajes políticos no relacionados, la mayoría en letras mayúsculas, instando a sus seguidores a votar. No está claro si Trump o su ayudante de medios sociales Dan Scavino los escribieron.

La Casa Blanca se ha esforzado en retratar al presidente como si hubiera estado trabajando mientras se encontraba en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, donde fue hospitalizado el viernes.

Trump pasó la mañana del lunes en teleconferencias con el personal, discutiendo las negociaciones con el Congreso sobre la ruptura de un impasse para conseguir una nueva ronda de financiación de COVID-19, dijo un portavoz, y fue informado a distancia por su personal de seguridad nacional el domingo.

En una declaración en Twitter, McEnany anunció que “dio positivo en la prueba de COVID-19” pero que “no estaba experimentando ningún síntoma”. Dijo que se pondría en cuarentena y que trabajaría desde su casa.

McEnany aseguró que “definitivamente no tenía conocimiento” de que la asistente principal de Trump, Hope Hicks, había dado positivo en la prueba del coronavirus antes de que ella (McEnany) celebrara una rueda de prensa el jueves sin mascarilla, una decisión que ha sido sometida a escrutinio por la posible exposición de los periodistas y otros presentes.

Aunque solo falta un mes para las elecciones presidenciales, el creciente grupo en torno a Trump que ha dado positivo, así como su propia enfermedad, ha puesto en duda el segundo debate del presidente con el ex vicepresidente Joe Biden, previsto para el 15 de octubre en Miami.

Biden, que viajó a Miami el lunes para los eventos de la campaña, dijo que se mostraba reacio a opinar sobre la salud de Trump y que continuaría con el debate si los expertos médicos daban el visto bueno.

“Si los científicos dicen que es seguro, que las distancias son seguras, entonces creo que está bien”, manifestó. “Haré lo que los expertos digan que es lo apropiado”.

Biden y Trump han estado en desacuerdo durante meses sobre la respuesta del presidente a la pandemia. El mandatario se ha burlado implacablemente de Biden por llevar una mascarilla mientras que el ex vicepresidente ha advertido repetidamente que el presidente estaba siendo imprudente al negarse a hacerlo.

El lunes, mientras Trump parecía caer más en las encuestas, algunos republicanos expresaron su preocupación por el manejo de la crisis por parte del presidente.

El senador John Cornyn, republicano de Texas y aliado cercano de Trump que busca la reelección, dijo al consejo editorial del Houston Chronicle que el mandatario “bajó la guardia” en su deseo de “demostrar que de alguna manera estamos saliendo de esto y que el peligro está todavía entre nosotros”.

Trump y otros funcionarios de la Casa Blanca han sido criticados a lo largo de la pandemia por su manejo displicente de la enfermedad y sus mensajes contradictorios sobre el nivel de amenaza y la necesidad de precauciones.

Apenas el domingo, McEnany habló con los reporteros sin mascarilla. Un asesor de comunicaciones de la Casa Blanca, Ben Williamson, la defendió en Twitter el lunes, diciendo que solo respondió a dos preguntas en un intercambio que duró 58 segundos y que estaba socialmente distanciada de los reporteros.

Al menos tres reporteros de la Casa Blanca han dado positivo en los últimos días.

Trump ha estado ansioso por enviar el mensaje de que está completamente activo, publicando fotos y videos de él mismo sentado en una mesa en Walter Reed, a veces con papeles frente a él.

Su táctica más audaz, un paseo en la caravana presidencial el domingo por la noche, ha provocado duras críticas por poner en peligro a los agentes del Servicio Secreto y a otras personas involucradas en su seguridad.

Aunque la enfermedad ha sacado a Trump del camino de la campaña para el tramo final, sus asesores dicen que están continuando al menos algunas actividades sin interrupción.

Tim Murtaugh, que dirige las comunicaciones de la campaña, expuso en un correo electrónico que Bill Stepien, el director de la campaña sigue a cargo a pesar del diagnóstico de COVID-19.

Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano también ha dado positivo y Brad Parscale, el ex director de campaña que había permanecido a cargo de las operaciones digitales, abandonó la campaña después de un reciente episodio psiquiátrico.

Murtaugh también dijo que no habría ningún cambio en el operativo de tocar puertas de casa en casa para promover el voto a pesar del posible riesgo de que se propagara más la enfermedad.

Hogan Gidley, secretaria de prensa de la campaña, dijo que otros “tomarían el relevo” mientras Trump está ausente, incluyendo eventos virtuales y en persona que comenzarán el lunes y serán presentados por los miembros de la familia Trump y sus sustitutos.

Al menos tres senadores republicanos han dado positivo por el virus, mientras que otros están en cuarentena.

El líder de la minoría del Senado Charles E. Schumer (D-N.Y.) volvió a criticar los planes de los líderes republicanos de avanzar con las audiencias para la nominada a la Corte Suprema Amy Coney Barrett la próxima semana, exigiendo, en una declaración, pruebas obligatorias y que “cada senador y el personal pertinente debe tener pruebas negativas de dos días consecutivos y haber completado el período de cuarentena apropiado” durante las audiencias.

El Senado proporciona acceso a las pruebas, pero no es obligatorio según las normas actuales.

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