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En la pandemia, millones de mujeres perdieron acceso a anticonceptivos y abortos

Una peatón y su bebé en Johannesburgo, Sudáfrica, a principios de este año.
(Associated Press)

Millones de mujeres y jovencitas en todo el mundo perdieron acceso a anticonceptivos y servicios de aborto debido al coronavirus. Ahora, la primera medida generalizada de ese alto costo muestra que India, con su bloqueo abrupto de meses de duración, se ha visto especialmente afectada.

Varios meses después de la pandemia, muchas mujeres ahora tienen embarazos no deseados ya avanzados al segundo trimestre, porque no pudieron ser asistidas a tiempo.

En 37 países, casi dos millones menos de mujeres fueron atendidas entre enero y junio que en el mismo período del año pasado, remarca Marie Stopes International en un nuevo informe: 1.3 millones solo en India. Como resultado, la organización espera 900.000 embarazos no deseados en todo el mundo, junto con 1.5 millones de abortos inseguros y más de 3.000 muertes maternas.

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Es posible que esas cifras “aumenten enormemente” si los servicios fallan en otras partes de América Latina, África y Asia, advirtió la directora de evidencia global de Marie Stopes, Kathryn Church.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó este mes que dos tercios de los 103 países encuestados entre mediados de mayo y principios de julio informaron interrupciones en los servicios de planificación familiar y anticoncepción. El Fondo de Población de la ONU advierte de hasta siete millones de embarazos no deseados en todo el mundo.

Los bloqueos, las restricciones de viaje, las interrupciones de las cadenas de suministro, el cambio masivo de recursos de salud para combatir el COVID-19 y el miedo al contagio continúan impidiendo que muchas mujeres y chicas reciban atención médica.

Se informó de un aumento en los embarazos de adolescentes en Kenia, mientras que algunas mujeres jóvenes en el barrio pobre de Kibera, en Nairobi, recurrieron al uso de vidrios rotos, palos y bolígrafos para intentar interrumpir sus embarazos, informó Diana Kihima, del Centro de Promoción de la Mujer. Dos murieron a causa de sus heridas, mientras que algunas ya no podrán concebir.

En partes de África Occidental, la provisión de algunos anticonceptivos cayó casi un 50% en comparación con el mismo período del año pasado, detalló la Federación Internacional de Planificación de la Familia.

“Nunca había visto nada como esto, salvo en países en conflicto”, reflexionó Diana Moreka, coordinadora de la Red MAMA, que conecta a mujeres y niñas para cuidar a través de 16 países africanos. Han aumentado las llamadas a sus líneas directas, incluidas las que se lanzaron desde que comenzó la pandemia en Congo, Zambia y Camerún. Más de 20.000 mujeres han llamado desde enero.

Como otros, Moreka predice un auge de bebés en algunas partes del mundo. “La pandemia... nos ha hecho retroceder muchos años” en los servicios de planificación familiar, reconoció.

Algunos países no consideraron que los servicios de salud sexual y reproductiva fueran esenciales en el marco del bloqueo, lo cual significa que a muchas mujeres y jovencitas se les negó tratamiento. Incluso después de que las ONG en Rumania presionaron al gobierno para que declarara tales servicios como esenciales, numerosos hospitales siguieron sin practicar abortos, advirtió Daniela Draghici, miembro del comité ejecutivo de la red europea de IPPF. “El impacto en algunos casos es como lo que les sucedía a las jóvenes durante el comunismo, someterse a un aborto con alguien que dice ser un proveedor de servicios médicos... y orar”, dijo.

En la megaciudad india de Mumbai, una mujer no consiguió un kit de prueba de embarazo después de que comenzó el cierre, en marzo, y luego no pudo encontrar transporte para buscar atención a tiempo, comentó la Dra. Shewetangi Shinde, quien la atendió en un hospital público. Para entonces, el aborto farmacológico no era una opción ya que el embarazo estaba demasiado avanzado.

India incluyó los abortos como servicios esenciales durante la cuarentena, pero muchos no lo sabían, remarcó la Dra. Shinde, quien es parte de la organización India Safe Abortion Youth Advocates.

La pandemia puso de relieve lo difícil que ya era para muchas mujeres acceder de forma segura a un aborto, añadió la Dra. Suchitra Dalvie, ginecóloga en Mumbai y coordinadora de Asia Safe Abortion Partnership. “Toda esta gente... los grupos marginados, la gran mayoría invisible. Así es la vida”, reflexionó.

En enero, India comenzó a enmendar las leyes para permitir que ciertas mujeres se sometieran a abortos hasta las 24 semanas de gestación, en lugar de 20. Pero la pandemia lo interrumpió.

Nadie esperaba que el bloqueo se prolongara tantos meses, observó Dalvie. Ahora muchas mujeres se enfrentan a abortos en el segundo trimestre, que son más costosos y complicados, especialmente “porque todas las personas involucradas deben usar equipos de protección individual”.

El acceso al procedimiento para terminar un embarazo ha mejorado en la India, pero la pandemia provocó una escasez de píldoras abortivas en varios estados encuestados por la Fundación para los Servicios de Salud Reproductiva de la India. Solo el 1% de las farmacias en los estados del norte como Haryana y Punjab las tenían, el 2% en el estado sureño de Tamil Nadu y el 6.5% en el estado central de Madhya Pradesh. En Delhi fue del 34%.

Algunos anticonceptivos todavía faltan debido a las interrupciones en la cadena de suministro, comentó Chris Purdy, director ejecutivo de la organización de marketing social DKT International, para productos de planificación familiar. La producción está nuevamente activa, pero las rutas de envío se encuentran abarrotadas y los puertos están obstruidos con pedidos pendientes, dijo.

Mientras tanto, los proveedores de salud femenina se apresuraron a encontrar soluciones como la telemedicina, el envío de anticonceptivos a domicilio y los abortos médicos domiciliarios.

Pero incluso ahora, “escuchamos en todas partes que las cifras han bajado” mientras las instalaciones de salud pública enfrentan momentos difíciles porque miles de empleados contrajeron el virus, dijo Marion Stevens, directora de la Coalición de Justicia Sexual y Reproductiva con sede en Sudáfrica. Su grupo y otros le escribieron al ministro de salud acerca de las mujeres que no reciben atención.

La verdadera medida global de los efectos de los bloqueos vendrá cuando los ministerios informen datos anuales, remarcan los expertos. No obstante, la información estará incompleta. En Haití, el Ministerio de Salud informó una caída del 74% en los nacimientos en las instalaciones sanitarias en mayo, en comparación con el mismo período del año pasado. Muchas mujeres están dando a luz en sus hogares, pero en esos casos no se informan las muertes.

“Los pequeños ejemplos pueden decirnos mucho”, expuso Nondo Ejano, coordinador de la Red Global de Mujeres por los Derechos Reproductivos de África. En Tanzania, señaló, un importante hospital de maternidad en Dar es Salaam se convirtió en un centro de respuesta ante el COVID-19. “Podríamos preguntarnos, ¿a dónde irán [las mujeres que necesitan atención]?”.

En una escuela que visitó la semana pasada, en la ciudad de Kigoma, cinco chicas habían quedado embarazadas en los últimos meses. “Una escuela; cinco chicas. Definitivamente, la tasa de embarazos ha aumentado”, enfatizó.

“Siento que en este momento solo tenemos una pista de la situación; cuando se levanten los bloqueos veremos las cosas con claridad”, concluyó Phonsina Archane, coordinadora de la Red MAMA. “Debemos prepararnos para ese momento”.

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