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OPINIÓN: Primero los DREAMERS

Manifestantes en favor de DACA.
(AP)

Hace unos días, un juez federal de Brooklyn ordenó al gobierno de Donald Trump la reposición plena del programa conocido como DACA (por sus siglas en inglés), establecido por el presidente Obama y que beneficia a los llamados DREAMERS con un estatus migratorio legal temporal, que incluye un permiso de trabajo, a los inmigrantes indocumentados que siendo niños fueron traídos a Estados Unidos por sus padres.

Por los requisitos que se solicitan para aplicar al programa y las características del proceso migratorio, particularmente la edad, la migración familiar y la vecindad geográfica, la mayoría de los beneficiados son mexicanos. A la fecha cerca de 800 mil jóvenes han aplicado al programa, de los cuales 600 mil son mexicanos. No es exagerado decir que los DREAMERS son un tema mexicano.

Donald Trump fue un presidente antiinmigrante, especialmente contra los mexicanos, las pruebas abundan. El muro en la frontera México-Estados Unidos, el haberlos calificado como violadores en sus inicios de campaña en 2016 y una serie de medidas administrativas, que no requieren de la aprobación del Congreso, aparentemente menores, pero que han complicado la obtención de visas o permisos, incluidos los humanitarios.

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Destaca la entrada en vigor, apenas el primero de diciembre, ya con la elección perdida, de un nuevo examen para la obtención de la ciudadanía, más rígido, con más preguntas y con un sesgo ideológico que refleja su punto de vista.

Siendo presidente, uno de los primeros ataques en contra de los inmigrantes mexicanos fue un intento por terminar con el programa DACA. Activistas pro migrantes se movilizaron para obtener que un juez impidiera, por cuestiones de procedimiento, la cancelación total del programa y que la Suprema Corte de Estados Unidos pidiera a la administración Trump un mejor sustento de sus puntos. Sin embargo, operativamente, las agencias gubernamentales involucradas funcionaron en contra de los DACA no admitiendo nuevas solicitudes y restringiendo a un año los permisos de trabajo que originalmente eran de dos.

Por eso la decisión del Juez de Brooklyn, que Trump puede todavía apelar, es trascendente, porque ordena la reposición inmediata y plena del programa, lo cual implica que por lo menos 300 mil DREAMERS puedan aplicar al programa como nuevos DACA. De ellos, más de 200 mil serían mexicanos.

Muchos jóvenes mexicanos que cumplían con todos los requisitos no aplicaron al programa. Se estima que este fue el caso para la mitad de ellos. Las razones son variadas. Entre otras, falta de orientación y asesoría, temor a poner en riesgo a sus padres o hermanos al hacerlos visibles como indocumentados o falta de recursos para pagar el trámite.

Los DACA son un tema en el que el gobierno mexicano puede y debe hacer mucho más. Esas asesorías y ayuda para aplicar al programa se pueden dar desde los consulados. Ya hay experiencias incipientes en ese tema. No hay cómo argumentar que se trata de una intromisión porque lo que se estaría haciendo es ayudar a que los mexicanos cumplan con ordenamientos de Estados Unidos.

Más aún, es un tema bien visto por la sociedad estadounidense. En diversas encuestas, por lo menos dos terceras partes están a favor de una regularización migratoria de los DREAMERS. Podría además representar un puente con el gobierno de Biden quien ha declarado que una de sus primeras acciones sería restablecer el programa DACA.

A algunos nos indigna el silencio pusilánime y convenenciero de AMLO en el tema migratorio. La complicidad con Trump en sus políticas antiinmigrantes. El presidente mexicano festeja las remesas pero se hace chiquito frente a Trump en el tema migratorio.

¿Dónde quedaron aquellas promesas de convertir a los consulados en oficinas de protección a los migrantes mexicanos?

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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