Trump y Biden luchan por la economía y el COVID mientras la participación electoral rompe récords
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WASHINGTON — El presidente Trump y el ex vicepresidente Joe Biden dieron sus últimos pronunciamientos políticos en Pensilvania y Michigan el sábado, luchando por la economía y la pandemia de COVID-19, mientras las dos campañas buscaban el apoyo de un grupo cada vez menor de estadounidenses que aún no han emitido sus votos.
Mientras el ex presidente Obama movilizaba a los electores con Biden en eventos estilo autocine en Flint, Michigan y Detroit, y Trump programaba cuatro mítines en todo el estado de Keystone, los demócratas ansiosos en Pensilvania, Florida y otros estados en disputa, se concentraron en buscar alternativas para cientos de miles de los votantes que solicitaron boletas por correo, pero que no pueden devolverlas a tiempo para ser contadas.
Trump instó a sus partidarios a evitar las opciones de votación anticipada con la esperanza de recuperar terreno el día de las elecciones, mientras critica las decisiones de la Suprema Corte que podrían permitir que algunos estados cuenten las boletas recibidas días después, repitiendo afirmaciones infundadas de que los votos no contados para el martes probablemente sean fraudulentos.
“Esta es una oportunidad para cambiar nuestro país y no vamos a arruinarla”, dijo Trump, cuya voz se ha vuelto ronca por la campaña y el padecimiento de COVID-19 el mes pasado, a una multitud de simpatizantes en una granja fangosa en el condado de Bucks, Pensilvania, donde durmió George Washington antes de cruzar el río Delaware.
En Flint, Obama prometió un mundo posterior a Trump en el que “no tendrás que pensar en él todos los días” y “no vas a discutir sobre él con tu familia diariamente”.
Biden, prometiendo un plan para controlar el COVID-19, machacó el mismo tema: “Hemos terminado con el caos, los tuits, la ira, el fracaso, negándonos a asumir ninguna responsabilidad”.
El demócrata sigue por delante de Trump en las encuestas nacionales en un promedio de alrededor de 8 o 9 puntos porcentuales, una brecha relativamente estable que supera la ventaja de Hillary Clinton en las encuestas de hace cuatro años. Pero el actual presidente y sus asesores políticos más cercanos creen que podrían dar otra sorpresa, especialmente si se aferran a Pensilvania, un estado clave en la victoria de Trump en 2016.
Un asesor cercano de Trump calificó a Pensilvania como “una pelea de perros”, a pesar de que varias encuestas nuevas muestran una ventaja de Biden de al menos 5 puntos en el estado. Biden planea hacer campaña allí durante el domingo.
Trump cree que sus grandes mítines, que hacen caso omiso de las advertencias de salud pública, subrayan un mayor entusiasmo por su candidatura que lo colocará en la cima entre los electores que esperan hasta el 3 de noviembre para emitir sus votos.
“Esto no se parece a alguien que vaya a quedar en segundo lugar”, manifestó Trump a una multitud en Reading, Pensilvania, mientras imitaba el sonido de los cláxones de los eventos de autocine de Biden.
Los mítines de Trump tienen como objetivo borrar la imagen de un país paralizado por la pandemia y convencer a los votantes de que puede recuperar empleos e ingresos perdidos.
Afirmó que Biden “cerraría Estados Unidos” para obtener “poder y control sobre usted”, mientras se burlaba de los grupos más pequeños de personas en los mítines de Biden, donde se practica el distanciamiento social.
Pero es un mensaje arriesgado.
Un estudio de la Universidad de Stanford sobre 18 mítines de Trump, que comparó los impactos en comunidades similares a los lugares donde se llevaron a cabo sus eventos, estimó que condujeron a 30.000 casos más de COVID-19 y 700 muertes adicionales, aunque no necesariamente entre los asistentes.
Biden esperaba demostrar un contraste con el estilo de Trump mientras hacía campaña con concentraciones más pequeños estilo autocine, con Obama y la leyenda musical Stevie Wonder en Michigan, otro estado donde la cerrada victoria de Trump en 2016 ayudó a ponerlo en la cima.
Obama, citando el estudio de Stanford, criticó a Trump por centrarse en el tamaño de sus manifestaciones durante una pandemia.
“A Trump le importa alimentar su ego. A Joe le importa que usted y su familia estén a salvo”, señaló en Flint.
“No ha mostrado ningún interés en hacer el trabajo o ayudar a nadie más que a sí mismo o sus amigos”, expresó Obama. “Desafortunadamente, el resto de nosotros tenemos que vivir con las consecuencias”.
Tanto él, como Biden, aprovecharon la falsa afirmación de Trump de que los médicos están inflando las cifras de muertes por COVID-19 para poder ganar más dinero. “¿Qué diablos le pasa a este hombre?”, dijo Biden. “Es una vergüenza, especialmente viniendo de un presidente que agita la bandera blanca de rendición a este virus”.
Las campañas se han visto trastornadas por una pandemia que ha llevado al 60% del electorado esperado a emitir su voto días antes de los discursos del sábado.
Las oficinas electorales de todo el país han contado más de 90.2 millones de votos a través de boletas por correo o votación anticipada, según el Proyecto Electoral de Estados Unidos, dirigido por el profesor de la Universidad de Florida, Michael McDonald.
Los primeros votos favorecen abrumadoramente a los demócratas hasta ahora, un reflejo de las advertencias infundadas de Trump de que votar por correo no es seguro.
Pero los demócratas están ansiosos por las boletas por correo que se enviaron, pero aún no se devolvieron, particularmente en Pensilvania, donde las recientes sentencias judiciales abrieron la posibilidad de que las boletas con matasellos del día de las elecciones, pero no recibidas en las oficinas electorales hasta más tarde, sean descartadas. Más de una cuarta parte de las boletas por correo solicitadas por los votantes de Pensilvania no se habían recibido en las oficinas electorales hasta el viernes.
La firma de datos demócrata Hawkfish, financiada por el ex alcalde multimillonario de Nueva York, Michael R. Bloomberg, advirtió el sábado que cientos de miles de boletas de electores de Biden que aún no se han entregado son esenciales para su victoria en Pensilvania, Florida, Arizona y Georgia. “Si estos votos no se cuentan, no hay forma de que Biden gane”, según el presidente ejecutivo de Hawkfish, Josh Mendelsohn.
Trump hizo numerosas afirmaciones infundadas de que la elección de Pensilvania estaría contaminada mientras criticaba a la Suprema Corte por no cerrar la puerta de golpe a la aceptación de boletas después del día de las elecciones.
“Usted sabe cuándo se llevará a cabo el fraude —desde el día 3 hasta la fecha en que se permitan” los votos, dijo Trump en Reading.
Evan Halper contribuyó en este artículo.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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